9.01.2012

Anuradhapura

Anuradhapura
Allá por el  siglo IV a.C. mientras en occidente la cultura griega estaba en su apojeo y medio mundo aún salía de la edad de piedra, Anuradhapura se convertía en uno de los centro culturales más prósperos e influyentes de todo el sudeste asiático.
Anuradhapura
Anuradhapura permaneció como capital del país durante 1300 años, hasta finales del s. Xl, siendo hoy día una de las zonas arqueológicas más importantes no solo del país sino de toda Asia. Para el viajero podría decirse que esta un poco a camino entre Bagan (s.IX-XIII) en Myanmar por la monumentalidad de sus templos y Sukhothai (s.XIII-XV) en Thailandia por tener una extensión que permite visitar todos sus templos cómodamente en un solo día. Y si bien desde un punto de vista artístico no puede competir con la grandiosidad de Angkor (s.IX-XV) en Camboya o Borobudur (s.IX) en Indonesia,  desde un punto de vista histórico  tiene un valor mucho mayor, ya que algunos de los yacimientos datan de épocas anteriores al nacimiento de Cristo.
Anuradhapura
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Pero además de las numerosas y monumentales dagobas (estupas), Anuradhapura es uno de los centros de peregrinación budista más importantes del mundo debido al sagrado Mahabodhi, al que le dedicaré una entrada más adelante.
Anuradhapura
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En cuanto a mi, me desperté a primera hora, alquilé una bici y después de desayunar me dirigí a la calle comercial a comprar un sarong para poder entrar a los templos. Un sarong es una especie de falda que llega hasta los pies y que se llevaba antiguamente en todo el sudéste asiático, aún hoy día mucha gente lo lleva en Sri Lanka, Birmania o Camboya. Yo ya lo había llevado en Bali donde es obligatorio para entrar a los templos, así que pensé que sería buena idea tener uno para Sri Lanka.

Llegué facilmente al templo de Isurumiya donde me encontré con que al ser fin de semana y coincidir con la luna llena, todo el mundo iba vestido de blanco de arriba a bajo, todos descalzos y con la piel y el pelo tan oscuros, era una imagen sorprendente. Nada más llegar mi presencia levantó miradas curiosas y sonrisas, incluso alguno me hizo fotos con el móvil disimuladamente... También se acercaron a hablar conmigo un grupo de monjes de Mandalay, Myanmar que estaban estudiando allí y charlamos un rato.
Anuradhapura
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Pero tenía mucho que ver aquel día así que me dirigí hacía el siguiente templo con la mala suerte de perder el mapa de la zona arqueológica por el camino y todo y que di algunas vueltas de más, luego no resultó ser una gran pérdida ya que las dagobas son enormes y se ven desde lejos por encima de los árboles. Además lo del sarong les hacía mucha gracia a los guardias y cada vez que me veían pasar me hacían acercarme para hablar un rato así que aprovechaba para que me indicaran el camino a seguir. 
Anuradhapura
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A los que os interese aquí os dejo la mitad de la ruta (20km) que registré gracias al GPS del iphone hasta que se acabó la batería, en total fueron unos 30 km, todo llano, con buenas carreteras y sin apenas tráfico.


Ver 
Cuando volví al hotel por la noche, publiqué un tweet diciendo que había pasado uno de los mejores días de todos los viajes que había hecho hasta el momento, y es que no se trata solo de los templos y ruinas, es el entorno natural con prados, campos, lagos llenos de flores de loto, bosques y palmeras, vacas pastando, monos salvajes y grandes y extraños lagartos que encuentras por el camino y esa tierra rojiza, esa arena de color intenso que te recuerda a cada paso que estás en un lugar totalmente distinto a cualquier cosa que hayas visto en Europa. Pero lo que me llamó más la atención fue la gente, ir en bici y que todo el mundo te salude con una sonrisa, que se acerquen a ti para hablar, para saber quién eres, para ayudarte, que te regalen flores para que puedas ofrecerlas a Buda, que la gente se quiera hacer fotos contigo, que nadie quiera venderte nada, ni pedirte nada más que compartir su tiempo. En parte fue por ser joven y viajar solo cosa que les extraña muchísimo, en parte también por llevar el sarong tradicional que les llamaba la atención y les hacía sentirse orgullosos, más aún cuando les explicaba que lo llevaba por respeto. A mi me parece algo lógico pero a pesar de que hay carteles en todas las entradas explicando que hay que ir descalzo, sin cubrirse la cabeza y con los hombros y las rodillas cubiertas, vi demasiados turistas que no respetaban ninguna de estas simples reglas. 
Anuradhapura
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Todo y eso se que fui muy afortunado, no puedo garantizar que alguien que vaya a Anuradhapura se sienta o sea tratado así, seguramente si yo hubiese ido otro día o si vuelvo en el futuro, es probable que no sea igual, pero aquel día fue un verdadero regalo e hizo que todo valiera la pena.
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La culminación fue poder presenciar un gran festival budista en la dagoba Ruwanweliseya al atardecer, con música, peregrinos y una multitud de fieles en procesión transportando grandes mantos color azafrán que después los monjes iban extendiéndo alrededor del perímetro de la estupa. 
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Pero lo que pasó justo en el momento en que me iba aún sigo sin creerlo. Con cientos de personas entrando y saliendo del templo, con un grupo de unos 15 jubilados alemanes haciendo fotos por la zona, niños correteando y fieles agolpándose alrededor de una banda de músicos en cabeza de una de las procesiones que llevaban un manto de camino al templo. Pero al pasar por debajo de un gigantesco árbol centenario, se desprendió una rama enorme, del tamaño de un árbol mediano, un gran tronco que cayó unos 15 metros hasta estrellarse contra el suelo provocando un gran estruendo. Impactó justo en el espacio de escasos 2 metros que había entre la banda de música y la processión, solo que hubiese caído un metro más adelante, o detrás o que en vez de caer perpendicular hubiese caído paralelo a la fila, habrían habido muchos heridos probablemente graves, o incluso si hubiese caido 30 segundos antes habría caido encima de mi cabeza! Durante cinco segundos se hizo un silencio absoluto durante los que nos miramos los unos a los otros sin dar crédito a que no hubiera pasado nada, a continuación volvieron a sonar los timbales y la gente empezó moverse de nuevo como si nada hubiera pasado. Un hombre que tenía al lado me miró y me dijo: "ha sido un milagro, un milagro!"
Anuradhapura
Templos milenarios, paisajes preciosos, animales salvajes, paseos en bici, ofrendas florales y un milagro, no estaba mal para ser el segundo día.
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4 comentarios:

  1. Te has equivocado con el título, tenía que ser "El milagro de Anuradhapura" ...

    Vaya jornada más fantástica!!!!!!!

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  2. Un sitio muy bonito. Cuando la gente local te hace sentir así se multiplica por mil todo lo que vives, todo es más bonito y las experiencias son más intensas; menuda suerte.

    Un saludo

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  3. Un sitio que no faltara si un dia pisamos Sri Lanka. En Laos me comentaron tambien que la fiesta de la Luna debe ser preciosa.

    Con esas fotos quec sacas hasta un simple palo...que fotografies sale espectacular...jajja

    Un Saludo de los mochilines.

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